miércoles, 25 de noviembre de 2015

¿LA ENERGÍA OSMÓTICA ES BUENA O MALA?

Según parece, este tipo de energía podría tener un potencial enorme. Si bien también hay que tomarlo con pinzas, ya que es una energía renovable, pero ¿es ecológica?

Por ejemplo: La energía hídrica, que se vale de represas y por ende de la fuerza de la corriente de los ríos para mover turbinas, es renovable también, pero las represas destruyen ecosistemas enteros. Lo mismo podría suceder con le energía osmótica si no se la maneja con cuidado del medio ambiente en el que se la introduce.

Pero para comprender el peligro tenemos que entender cómo funciona esta energía.

El sistema se vale de una membrana semipermeable, que permite que el agua salada entre en contacto con el agua dulce, ya que la primera tiene mayor concentración.  Cuando el agua penetra en el recinto a través de la membrana hace girar una turbina para generar energía. También se aprovecha la elevación natural de la temperatura (0,1º C) que se produce cuando el agua salada y la dulce se mezclan en la desembocadura de los ríos con el mar.
El problema viene asociado a que los “desperdicios” que genera este tipo de energía es agua salada, que es liberada en el mar. Esto puede dañar a la flora y fauna cercana tanto del mar como del río, ya que un aumento en la salinidad del agua arruinaría su ecosistema. Por esta razón este tipo de emprendimientos deben estudiar a fondo las implicancias que podrían tener en el medio ambiente.
Porque proyectos a pequeña escala no resultan dañinos, como pasa también con la energía hídrica. Pero a gran escala pueden ser devastadores.

Potencial de la energía azul

Esta fuente de energía renovable presenta un gran potencial en regiones con ríos caudalosos:
En los Países Bajos, por ejemplo, más de 3300 m³ de agua dulce por segundo desembocan en el mar como promedio. El potencial energético es por lo tanto de 3300 MW, suponiendo 1 MW/m³ de agua fresca por segundo.

Por tanto estamos hablando de una energía estable produciendo electricidad salvando la intermitencia y ahorrando el almacenamiento inherente de la solar foto-voltaico y la eólica. Teniendo en cuenta los estudios realizados, se calcula que para 2030 se podría producir entre 1600 y 1700 teravatios de potencia eléctrica al año, lo equivalente a la mitad de la demanda europea. Los datos de potencia estimada son también destacables atendiendo al gradiente de salinidad de los ríos del planeta desembocando en el mar.

Al contrario que otras energías renovables, como la solar o la eólica, la energía osmótica no se vería afectada por fluctuaciones climáticas y produciría electricidad de forma continua y predecible.

Así es como llegamos a la actualidad, donde existen dos líneas de investigación, una basada en la tecnología patentada por Loeb, y otra basada en el llamado efecto de electro-diálisis inversa (EDI).
Por tanto, se puede concluir que la energía osmótica podría contribuir de forma importante a un futuro mix de energía renovable.

PRIMER PROTOTIPO DE ENERGÍA OSMÓTICA

 La empresa Statkraft presenta en Oslo el primer prototipo de energía osmótica del mundo. A la apertura oficial de la usina prototipo asiste Su Alteza Real la Princesa Mette-Marit de Noruega.


El modelo genera electricidad explotando la energía disponible cuando se mezcla agua dulce y agua de mar. La energía osmótica es una fuente de energía renovable y sin emisiones que Statkraft ha estado investigando durante 10 años conjuntamente con el grupo de investigación y desarrollo noruego SINTEF y que podrá realizar una sustancial contribución global para la producción de energía ecológica.
La planta piloto está instalada en Tofte, un fiordo a 60 kilómetros de la ciudad de Oslo y contará con una capacidad de 10 kW y su objeto es probar, demostrar y optimizar la nueva tecnología.

La misma se ubica en las instalaciones de una fábrica de papel. Esto no es casual pues gran parte del proceso se basa en la filtración del agua dulce a través de una membrana semipermeable de plástico que separa ambas agua. Esta filtración es provocada por las moléculas de sal del agua de mar e incrementa la presión del agua de mar que se utiliza para mover una turbina generadora de electricidad.

En cuanto a la capacidad, una planta de energía osmótica puede abastecer a unos 10.000 hogares. Para eso se requieren unos 5 millones de metros cuadrados de membrana. Si el prototipo de planta logra ser exitoso la compañía estima que para 2015 podrá construir una planta comercial.


¿Dónde se produce la energía azul?

Energía Azul, también llamada energía osmótica, basada en la diferencia de salinidad entre el agua de mar y el agua de río.

Principalmente en las desembocaduras de los ríos, cuando el agua dulce fluye hacia los mares y océanos. Aquí es donde se genera la ósmosis, un fenómeno físico-químico que se produce en las células de los seres vivos y en la que una membrana semipermeable permite pasar solo determinadas sustancias.

En una planta de producción de electricidad a partir de energía osmótica se alimenta agua dulce y agua de mar a dos cámaras separadas por una membrana. La sal del agua marina hace que el agua dulce atraviese la membrana, generando un incremento de la presión en el lado del agua de mar. Se estima que dicha presión es equivalente a una columna de agua de 120 metros, similar a un salto de agua de grandes dimensiones, y por tanto puede utilizarse en una turbina para generar electricidad. Al contrario que otras energías renovables, como la solar o la eólica, la energía osmótica no se vería afectada por fluctuaciones climáticas y produciría electricidad de forma continua y predecible.

Las plantas de energía osmótica pueden construirse en cualquier sitio en el que haya una corriente de agua dulce fluyendo al mar, siempre que la concentración de sales sea suficientemente alta. De hecho, la mayoría de las desembocaduras de ríos del mundo serían localizaciones potenciales, incluso aunque unos ríos necesiten un mayor acondicionamiento del agua que otros

Introducción


Uno de los grandes retos que afronta la humanidad e es el rápido consumo de las energías no renovables y el lento desarrollo de otras fuentes de energía renovables, aunque esto está cambiando poco a poco en este siglo.

Este enigma es del que dependerá buena parte del futuro de la raza humana.

Existen muchas propuestas para resolver este inconveniente, pero en esta ocasión hablaremos de la “Energía Azul”, una técnica de obtención de energía que no es nueva, de hecho, es de  mediados de los años 70, sin embargo, debido a su coste y requerimientos tecnológicos no pudo ser demasiado desarrollada en esa época.

Se la llama osmótica porque se basan en el fenómeno de la ósmosis. Se la llama azul, porque dependen de las aguas de los ríos que desembocan en el mar. Y se la llama salina porque justamente aprovechan la diferencia entre el agua dulce y a la salada.